Era una tarde lluviosa en Guayaquil cuando Luis, conductor de una SUV familiar, empezó a notar un leve “clic-clic” al girar la dirección.
Pensó que era algo sin importancia —quizás una piedrita atorada, o el pavimento mojado— y siguió manejando.
Semanas después, ese pequeño sonido se volvió un “clac-clac” más fuerte, especialmente en los giros y frenadas.
Fue entonces cuando decidió pasar por Servitecdus, donde el equipo técnico le enseñó que los ruidos pequeños suelen ser los avisos más caros si se ignoran.
Los mecánicos de Servitecdus explican que el oído es el primer sensor del auto.
Muchos fallos mecánicos comienzan con sonidos apenas perceptibles:
🔸 Golpeteo metálico: indica desgaste en bujes, terminales o amortiguadores.
🔸 Silbido o chillido: suele ser señal de correas o poleas flojas.
🔸 Zumbido constante: puede provenir de rodamientos o bombas hidráulicas.
🔸 Ruido seco al girar: síntoma clásico de juntas homocinéticas desgastadas.
En el caso de Luis, el diagnóstico reveló una combinación peligrosa: junta homocinética dañada y aceite de motor con residuos metálicos que comenzaban a circular internamente.
A diferencia de los talleres improvisados, el equipo aplicó un protocolo completo de revisión con respaldo Rislone:
1️⃣ Inspección sonora: escucharon el motor en frío y caliente para ubicar el origen del ruido.
2️⃣ Análisis de lubricante: detectaron partículas metálicas en el aceite, signo de fricción interna.
3️⃣ Aplicación de Rislone Engine Treatment: para limpiar el sistema y recuperar la lubricación.
4️⃣ Sustitución preventiva de junta homocinética y revisión de suspensión.
5️⃣ Prueba final de ruta: confirmando la desaparición del ruido y el retorno a la suavidad original.
Después del mantenimiento:
✅ El motor recuperó su sonido limpio y estable.
✅ No hubo necesidad de reparaciones mayores.
✅ Se evitó un daño en la caja de transmisión, que habría costado más de $1.000.
Luis aprendió que un ruido ignorado puede ser una factura anticipada.
Y desde entonces, visita Servitecdus cada 5.000 km para diagnóstico preventivo.
💡 Moraleja
Un vehículo “habla” antes de fallar.
Solo hay que escuchar.
El mantenimiento preventivo con Rislone y Servitecdus no es solo una cuestión de rendimiento, sino de inteligencia mecánica.
Escuchar a tiempo puede salvar no solo tu motor… también tu bolsillo.
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