🔄 El volante que volvió a la vida: crónica de una dirección dura en la Kennedy Norte

Era un lunes por la mañana en Kennedy Norte, Guayaquil.

Carlos Villacrés, un contador que acostumbraba conducir su SUV todos los días hasta el centro, notó algo raro: el volante se había puesto más duro de lo normal.

Al principio pensó que era cansancio. Pero en el primer giro cerrado sintió cómo el volante ofrecía resistencia, casi como si luchara contra él.

“Me pareció extraño, porque el carro no tenía ni tres años de uso”, recuerda.

Esa misma tarde, decidió pasar por un taller de confianza. Y fue ahí donde empezó la historia de cómo cinco minutos de atención salvaron su sistema de dirección.

El mecánico, Don Miguel Vera, levantó el capó, revisó el depósito del líquido de dirección y movió el volante.

El nivel estaba bajo, pero no vacío.

“Eso puede ser desgaste en la bomba, o el líquido se está degradando”, explicó.

Le mostró a Carlos que el fluido, que debía ser rojizo y transparente, tenía un color marrón oscuro y un olor a quemado.

“Esto no es solo aceite viejo —dijo Don Miguel—. Es señal de que el sistema está trabajando con fricción.”

Para muchos, el siguiente paso habría sido cambiar la bomba de dirección, una reparación costosa.

Pero en el taller, donde trabajan con productos Rislone, distribuidos en Ecuador por Servitecdus, sabían que aún había una solución preventiva.

El proceso tomó menos de media hora:

1️⃣ Drenaron completamente el líquido de dirección hidráulica.
2️⃣ Aplicaron Rislone Power Steering Repair, un tratamiento que limpia los conductos internos y revitaliza sellos secos.
3️⃣ Reemplazaron el fluido por uno nuevo y lo purgaron manualmente.

En cuestión de minutos, el sonido áspero desapareció.
Carlos giró el volante… y sonrió.

“Parecía otro carro. Nunca pensé que un aditivo hiciera tanta diferencia.”

El sistema de dirección hidráulica trabaja con presión. Cuando el líquido se degrada o se llena de residuos, las piezas internas pierden lubricación.

Eso genera tres síntomas comunes:

🔹 Volante más pesado o lento.
🔹 Ruidos al girar.
🔹 Pérdida gradual del retorno al centro.

El calor, la falta de mantenimiento o el uso de fluidos genéricos suelen ser los culpables.
En Ecuador, el clima cálido acelera ese deterioro.

Aunque no se cambie tan seguido como el aceite del motor, el líquido de dirección también tiene fecha de caducidad.

Con el tiempo, acumula humedad, suciedad y partículas metálicas.

Por eso los talleres aliados de Servitecdus recomiendan:

• Reemplazar el fluido cada 40.000 km o cada 12 meses.

• Aplicar Rislone Power Steering Repair en cada cambio para mantener sellos hidratados y presión estable.

• Evitar fluidos universales de baja calidad.

Después de esa experiencia, Carlos decidió incluir una revisión rápida cada dos meses.

“Ahora abro el capó y reviso color y nivel del líquido, como hago con el aceite del motor”, cuenta.

La dirección sigue suave, sin ruidos, y el vehículo no ha vuelto al taller desde entonces.

“Uno no se da cuenta de cuánto esfuerzo ahorra hasta que el volante vuelve a girar como antes.”

1️⃣ ¿Por qué se pone duro el volante?
Por falta de presión hidráulica, fluido viejo o sellos deteriorados.

2️⃣ ¿Cada cuánto debo revisar el líquido de dirección?
Cada mes o antes de viajes largos. Si cambia de color o huele a quemado, cámbialo.

3️⃣ ¿Qué hace el Rislone Power Steering Repair?
Limpia, lubrica y repara sellos internos. Recupera suavidad y reduce fugas leves.

4️⃣ ¿Sirve también para direcciones eléctricas?
No, solo para sistemas hidráulicos o electrohidráulicos.

5️⃣ ¿Dónde puedo conseguir productos originales Rislone en Ecuador?
A través de Servitecdus, distribuidor oficial y asesor técnico autorizado.

🌟 Reflexión final

Muchos conductores piensan que un volante duro es normal con el tiempo, pero en realidad es una señal temprana de desgaste.

La historia de Carlos demuestra que escuchar y actuar a tiempo evita reparaciones costosas.

Gracias a un diagnóstico correcto y al respaldo técnico de Servitecdus, distribuidor de Rislone Ecuador, su SUV recuperó la suavidad de fábrica.

Porque a veces, el mejor mantenimiento no está en cambiar piezas, sino en prevenir con inteligencia.