El protagonista original fue Eduardo Cevallos, maestro jubilado que compró su camioneta Toyota Hilux diésel en 2008. La usaba todos los días para ir a su finca en Yaguachi.
A simple vista, era un vehículo común, pero Eduardo tenía tres hábitos que marcaron la diferencia:
1️⃣ Revisaba los niveles de aceite cada dos semanas.
Lo hacía por prevención, no por manía. “El aceite es la sangre del motor”, le dijo una vez su mecánico, y jamás olvidó esa frase.
2️⃣ Usaba aditivos de protección en cada cambio de aceite.
Prefería Rislone, porque notaba que el motor sonaba más parejo y no botaba humo al encender.
3️⃣ Calentaba el motor antes de arrancar.
Cinco minutos exactos, sin importar el apuro.
Durante diez años repitió esos tres hábitos. El resultado: un motor firme, sin ruidos y sin reparaciones mayores.
En 2019, Eduardo vendió la camioneta a Cristian Montalvo, un joven emprendedor de Guayaquil que recién montaba su negocio de instalaciones eléctricas.
“Solo la compré porque estaba barata”, recuerda. Pero con el tiempo descubrió que ese motor era diferente: encendía rápido, no humeaba y sonaba parejo.
En su primer cambio de aceite, Don Tito —el mecánico— le dijo algo que marcaría su camino:
“Este motor está mejor que muchos nuevos. Si sigues su ritmo, no tendrás que abrirlo jamás.”
Cristian decidió seguir el consejo:
Cambiar el aceite cada 5.000 km.
Mantener la misma marca de lubricante.
Usar Rislone Engine Treatment en cada mantenimiento.
Pero un día quiso ahorrar y omitió el aditivo.
Dos meses después, el motor vibraba y sonaba áspero.
Volvió al taller y escuchó la frase que recordaría toda la vida:
“Los motores hablan, pero hay que saber escucharlos.”
Desde entonces, nunca volvió a escatimar en mantenimiento.
Durante la pandemia, Cristian usó la camioneta para repartir mercadería todos los días bajo el sol del Guayas.
En 2021, el odómetro marcaba 385.000 km.
Un amigo lo convenció de abrir el motor “solo para ver”.
El resultado fue sorprendente: sin lodos, sin desgaste crítico y con compresión estable.
El secreto no era suerte, era constancia.
1️⃣ Cambiar aceite a tiempo.
El aceite viejo pierde sus propiedades y deja sin defensa al motor. Un retraso puede provocar daños costosos.
2️⃣ Usar aditivos protectores.
Productos como Rislone Engine Treatment reducen fricción, limpian residuos y prolongan la vida útil del motor.
3️⃣ Escuchar el motor.
Un cambio en el sonido, humo o vibración es una señal que debe atenderse pronto.
En 2023, Cristian vendió la camioneta a un agricultor de Babahoyo.
El comprador no podía creer que el motor jamás había sido abierto.
Cuando Eduardo, el primer dueño, se enteró por redes sociales, solo sonrió y dijo:
“Eso pasa cuando tratas bien lo que te acompaña.”
La confiabilidad de ese motor no fue casualidad. Fue el resultado de hábitos sencillos mantenidos con disciplina.
Un motor no muere por los años, muere por descuido.
El verdadero ahorro no está en omitir mantenimiento, sino en prevenir reparaciones costosas.
Rislone Ecuador y Servitecdus promueven la misma filosofía:
👉 Prevenir es más rentable que reparar.
👉 Escuchar tu vehículo es entenderlo.
👉 La constancia alarga la vida del motor.
Mantén el mismo tipo de aceite y aditivo.
Revisa niveles cada dos semanas.
Usa Rislone Engine Treatment en cada cambio.
No laves el motor con agua a presión.
Si notas ruido o vibración nueva, revisa pronto.
1️⃣ ¿Cada cuántos kilómetros usar Rislone Engine Treatment?
Con cada cambio de aceite, idealmente cada 5.000 km.
2️⃣ ¿Sirve en motores con alto kilometraje?
Sí, especialmente en motores con más de 100.000 km.
3️⃣ ¿Puedo mezclar distintas marcas de aceite y aditivo?
No se recomienda, puede alterar la viscosidad.
4️⃣ ¿Funciona tanto en diésel como en gasolina?
Sí, Rislone tiene versiones compatibles para ambos.
5️⃣ ¿Qué indica un aceite muy oscuro?
Acumulación de residuos; conviene aplicar un Engine Flush antes del cambio.
🌟 Reflexión final
En Ecuador, muchos motores duran menos de lo que podrían, no por fallas, sino por descuido.
Eduardo y Cristian demostraron que la confiabilidad no depende de la suerte, sino de tres hábitos que se repiten sin fallar.
Porque un motor confiable no se compra, se hereda… a través de la disciplina.
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